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lunes, 31 de agosto de 2015

1261. BURGUILLOS (CCIV), Sevilla: 7 de septiembre de 2011.

1351. BURGUILLOS, Sevilla. Túnica roja de brocado dorado para el Niño Jesús de la Virgen del Rosario.

1352. BURGUILLOS, Sevilla. Ropa interior del Niño Jesús de la Virgen del Rosario.

BURGUILLOS (CCIV), provincia de Sevilla: 7 de septiembre de 2011.
   Mostramos imágenes de la nueva túnica confeccionada para el Niño Jesús de Nuestra Señora del Rosario, en tejido rojo con brocado dorado, a juego con el nuevo manto que la Santísima Virgen estrenó durante la Novena que su Hermandad le dedica en su honor.

Enlace a la Entrada anterior de Burguillos:

domingo, 30 de agosto de 2015

1260. BURGUILLOS (CCIII), Sevilla: 27 de agosto de 2011.

1348. BURGUILLOS, Sevilla. Lleno para ver cine en La Ermita.

1349. BURGUILLOS, Sevilla. Un momento de la proyección de "El Lince".

1350. BURGUILLOS, Sevilla. Muestra de la gran acogida del programa "Haz el agosto con tu Ayuntamiento".

BURGUILLOS (CCIII), provincia de Sevilla: 27 de agosto de 2011.
   Se muestran imágenes de la proyección de la película "El Lince" de animación para los más pequeños, en la plaza Antonio Gala del barrio de La Ermita, dentro del ciclo Haz el agosto con tu Ayuntamiento, como parte de la agenda cultural veraniega del Excmo. Ayto. de Burguillos.

Enlace a la Entrada anterior de Burguillos:

sábado, 29 de agosto de 2015

1259. OROPESA (I), Toledo: 21 de agosto de 2011.

1. OROPESA, Toledo. Castillo.

2. OROPESA, Toledo. Torre del homenaje del Castillo.

3. OROPESA, Toledo. Interior del castillo-palacio-parador.

4. OROPESA, Toledo. Exterior del palacio, hoy Parador.

5. OROPESA, Toledo. Parte del pasadizo de los Duques de Oropesa con la igl. de la Asunción al fondo.

6. OROPESA, Toledo. Igl. de la Asunción.

7. OROPESA, Toledo. Portada plateresca y torre de la igl. de la Asunción.

8. OROPESA, Toledo. Otra visión de la igl. de la Asunción.

9. OROPESA, Toledo. Antiguo Ayuntamiento.

10. OROPESA, Toledo. Detalle de la fachada del antiguo Ayuntamiento.

11. OROPESA, Toledo. Igl. de San Bernardo.

12. OROPESA, Toledo. Portada de la igl. de San Bernardo.

13. OROPESA, Toledo. Colegio de Jesuitas.

OROPESA (I), provincia de Toledo: 21 de agosto de 2011.
   Antigua villa del occidente toledano, situada al pie de la autovía de Extremadura, con edificios de gran interés arquitectónico y un castillo con un palacio anejo que es Parador Nacional.
   La villa se encuentra en una altura y su urbanismo se distribuye en torno a los grandes edificios religiosos y civiles de la antigüedad, quedando entre las casas algunas de gran interés arquitectónico. Entre todo el conjunto destaca el castillo de Oropesa que, en realidad, es el resultado de la edificación de dos castillos: el antiguo del siglo XIII y el nuevo adosado al primero, que es de 1402, en cuya construcción debieron desaparecer dos de las cuatro torres circulares que tenía el primero. Ambos forman hoy un conjunto único muy restaurado. La torre del homenaje es de planta cuadrada y tiene torretas circulares voladas en las esquinas; hay otra torre octogonal adosada al edificio del parador de turismo, que se comunica con el castillo por una muralla. Otras dos torres completan la fortaleza; una segunda del homenaje y otra en el lienzo norte, que presenta un balcón y escalera de caracol de sillería. El parador, unido al castillo, ocupa gran parte del palacio construido en el siglo XVI y se atribuye a Herrera por su estilo renacentista de gran sobriedad, también muy restaurado.
   Aparte del castillo, el escueto espacio urbano de la villa reúne otras obras de interés. Con la intención de crear una vía de fácil acceso entre el palacio y la iglesia se comenzó a construir en el siglo XVI el llamado pasadizo de los Duques de Oropesa, también conocido como Los Arcos, y del que resta una doble arquería de ladrillo. En la plaza contigua se alza, la iglesia de la Asunción, predominantemente renacentista y con hermosa portada plateresca al pie de la torre. Se edificó a partir del siglo XVI sobre un templo precedente. Junto a ella, el antiguo Ayuntamiento es un vistoso edificio gótico-mudéjar, originario del siglo XV y que también desempeñó las funciones de cárcel.
   El actual Ayuntamiento se encuentra en lo que fuera el Pósito municipal, en un lateral de la plaza del Navarro, presidida por la llamada Casa del Reloj, una torre de estilo neomudéjar levantada a principios del siglo XX. Unía los dos edificios de una antigua fábrica de sedas, ya desaparecida. En otro rincón de la misma plaza está la antigua Biblioteca Popular, cuya fachada se adorna con buena azulejería talaverana de Ruiz de Luna. Y no queda lejos el Convento de las Misericordias, fundación del siglo XVII que ha pasado por diversas vicisitudes, lo que incluso se percibe en su muy transformada fisonomía exterior.
   Otro grupo de monumentos se dispone a lo largo de las calles Compañía y Calzada Real, en las proximidades de la Puerta de Talavera. Entre ellos se ha de resaltar la antigua iglesia de San Bernardo, una interesante obra barroca de Francisco de Mora iniciada en el año 1605. A pesar de que carece de techo, conserva en bastante buen estado sus paramentos y la estructura básica. Era la iglesia del anejo Colegio de los Jesuitas, que fue construido entre los siglos XVI y XVII, en estilo renacentista y plateresco. Aún cuenta la villa con restos de murallas, con tramos bien conservados de los siglos XII y XIII, la casa natal del agustino Beato Alonso de Orozco y otros conventos y edificios religiosos.

viernes, 28 de agosto de 2015

1258. SANTES CREUS** (I), Tarragona: 20 de agosto de 2011.


1. SANTES CREUS, Tarragona. Igl. de Sta. Llúcia.

2. SANTES CREUS, Tarragona. Puerta de l'Assumpta del recinto del Real Monasterio.

3. SANTES CREUS, Tarragona. Plaça de Sant Bernat Calvó.

4. SANTES CREUS, Tarragona. Fachada del Palau de l'Abat.

5. SANTES CREUS, Tarragona. Patio del Palau de l'Abat.

6. SANTES CREUS, Tarragona. Portada de la igl. del Real Monasterio.

7. SANTES CREUS, Tarragona. Nave central de la igl. del Real Monasterio.

8. SANTES CREUS, Tarragona. Detalle de los pilares de la nave central de la igl. del Real Monasterio.

9. SANTES CREUS, Tarragona. Retablo mayor de la igl. del Real Monasterio.

10. SANTES CREUS, Tarragona. Rosetón del ábside desde el exterior de la igl. del Real Monasterio.

11. SANTES CREUS, Tarragona. Sepulcros reales de la igl. del Real Monasterio.

12. SANTES CREUS, Tarragona. Una de las alas del claustro del Real Monasterio.

13. SANTES CREUS, Tarragona. Decoración figurativa del claustro del Real Monasterio.

14. SANTES CREUS, Tarragona. Otro ejemplo de la decoración figurativa del claustro del Real Monasterio.

15. SANTES CREUS, Tarragona. Interior del templete románico del claustro del Real Monasterio.

16. SANTES CREUS, Tarragona. Acceso a la Sala Capitular del Real Monasterio.

17. SANTES CREUS, Tarragona. Sala capitular del Real Monasterio.

18. SANTES CREUS, Tarragona. Dormitorio de los monjes del Real Monasterio.

19. SANTES CREUS, Tarragona. Claustro posterior del Real Monasterio.

20. SANTES CREUS, Tarragona. Zona del palacio real del Monasterio.

21. SANTES CREUS, Tarragona. Torre del Real Monasterio.

SANTES CREUS** (I), provincia de Tarragona: 20 de agosto de 2011.
   El Real Monasterio de Santes Creus, rodeado de olivos, almendros y viñas, está situado a orillas del río Gaià, dentro del término municipal de Aiguamúrcia, en la comarca del Alt Camp.
   Fue fundado el día 26 de enero de 1158. Ocho años antes la familia Montcada había cedido a favor de los monjes del hábito blanco unas tierras en Cerdanyola del Vallès que no fueron ocupadas. Los monjes se desplazaron entronces por el territorio catalán hasta asentarse definitivamente en el paraje de Santes Creus, en la ribera del río Gaià.
   El nombre procede, según cuenta la leyenda, de unas extrañas fosforescencias nocturnas que, avistadas por los pastores, fueron atribuidas a almas en pena. Los pastores se apresuraron entonces a colocar una pequeña cruz en los lugares de donde procedían los resplandores. 
   En su conjunto el cenobio se adapta perfectamente a la norma de vida benedictina tal y como la concibió San Bernardo. Está protegido, en primer lugar, por un doble recinto murado que desempeña, además de la función defensiva, un papel eminentemente simbólico, pues representa el límite entre ambos mundos, el interior completamente separado del exterior.
   Las obras más antiguas se iniciaron en 1168, aunque en el curso de los siglos se han ido acumulando modificaciones y ampliaciones que dan fe de la técnica y el gusto artístico de cada periodo. Esta convivencia de estilos es la primera impresión que se obtiene tras el acceso al primer recinto.
   En la plaza que se forma se encuentra la iglesia de Santa Llúcia, una sencilla nave, con fachada esgrafíada, construida sobre un primitivo templo románico. Junto a ella, la puerta que da acceso al segundo recinto, la puerta de l'Assumpta. Ambas construcciones datan de mediados del siglo XVIII y los esgrafiados, los frontones partidos y las líneas retorcidas son de inspiración claramente barroca. Una hornacina alberga una escultura de la Virgen.
   Franqueada esta puerta se llega a una segunda plaza, dedicada a Sant Bernat Calvó, abad en el siglo XIII, cuya efigie preside el recinto. Entre las casas que asoman a ambos lados destaca, a la derecha, el Palau de l'Abat, edificado en el siglo XVI cuando el papel político del abad había trascendido los muros monásticos y exigía dependencias de mayor lujo, al margen, claro, del espíritu original de San Bernardo.
   En esta plaza se alza la fachada principal de la iglesia. De la primitiva construcción, iniciada en 1174, queda el pórtico románico y las dos ventanas laterales con arcos de medio punto. Sobre la puerta se abre un gran ventanal gótico de finales del siglo XIII. Las almenas que fortifican la fachada fueron mandadas colocar en el siglo XIV por el rey Pere el Cerimoniós.
   El interior de la iglesia consta de tres naves cubiertas con crucería y planta de cruz latina. Los muros despojados de ornamentación evocan el espíritu cisterciense de líneas de pureza geométrica que simbolizaban la comunión de la fe con la naturaleza. En el ábside cuadrado destaca, no obstante, un magnífico rosetón de ocho radios con un pequeño óculo central. Como panteón real que fue Santes Creus, su iglesia alberga varios sepulcros monumentales. Los restos de Pere el Gran descansan en un sarcófago de pórfido rojo, traído de Egipto, sobre dos leones de mármol, que corona un hermoso templete gótico. A sus pies queda la tuma de Roger de Llúria. Al otro lado del crucero están los sepulcros de Jaume II y su mujer Blanca d'Anjou, cuyas estatuas yacentes, obra del maestro Bertrán de Riquer en 1315, comunican un gran sosiego.
   A la derecha del altar parte una escalera hacia el dormitorio de los monjes, ésta era uno de los dos accesos a la sala, la otra daba al claustro. En la plaza de Sant Bernat Calvó se encuentra también la puerta real que da al ala sur del claustro. El claustro es una pieza capital de la vida monástica, tanto por su uso funcional, centro común de las distintas dependencias, como por su valor simbólico, al estar abierto en forma de perfecto cuadrado únicamente hacia el cielo.
   El claustro de Santes Creus, erigido en el siglo XIV, permitió la introducción del gótico flamígero en Cataluña gracias a la aportación del maestro inglés Reinard Fonoll. En contra de lo que es norma en el Císter, los capiteles aparecen profusamente tallados con temas diversos (bíblicos, pero también existes satíricos, costumbristas, florales y fantásticos), muy lejos del originario espíritu de depuración natural. En el centro se conserva un magnífico templete románico.
   En torno al claustro se organizan las distintas dependencias de la vida monástica. Particular relieve tiene la sala capitular, habitación donde se reunían los monjes con el abad para leer un capítulo de la norma benedictina, tratar de los asuntos del cenobio y elegir, en su caso, nuevo abad. Cuatro columnas centrales reparten el espacio de la sala capitular de Santes Creus, que destaca por su elegancia y austeridad. En esta sala fueron enterrados, como consta en las losas sepulcrales, algunos rectores del monasterio.
   Otra dependencia interesante es el dormitorio (siglo XII) de los monjes, al que se puede acceder desde la iglesia o desde el claustro. El descanso nocturno era considerado como una actividad colectiva, aunque San Bernardo aconsejaba que cada monje disfrutara de su propia cama. La sala del dormitorio, rectangular, está cubierta por un envigado a doble vertiente que sostiene once arcos de diafragma apuntados. La nave tiene 10 m de anchura y casi 50 m de longitud.
   La visita continúa a través del curioso claustro posterior y de los diversos anexos: la sala de los monjes, la prisión, las cocinas y el refectorio, y las estancias del palacio real.

jueves, 27 de agosto de 2015

1257. POBLET** (I), Tarragona: 20 de agosto de 2011.

1. POBLET, Tarragona. Font de Sant Bernat, en las cercanías de la abadía.

2. POBLET, Tarragona. Puerta de Prades del recinto de la abadía.

3. POBLET, Tarragona. Capilla de Sant Jordi del recinto de la abadía.

4. POBLET, Tarragona. Puerta dorada del segundo recinto amurallado de la abadía.

5. POBLET, Tarragona. Cruz del abad Guimerà y cap. de Sta. Caterina.

6. POBLET, Tarragona. Restos de antiguas dependencias de la abadía.

7. POBLET, Tarragona. Puerta Real del recinto de la abadía.

8. POBLET, Tarragona, Visión del conjunto de la igl, Sacristía Nueva y demás dependencias de la abadía.

9. POBLET, Tarragona. Fachada de la igl. de la abadía.

10. POBLET, Tarragona. Acceso al palau del Rei Martí.

11. POBLET, Tarragona. Vista de la escalera al palau del Rei Martí en el recinto de la abadía.

12. POBLET, Tarragona. Una de las alas del claustro de la abadía.

13. POBLET, Tarragona. Otra visión del claustro de la abadía.

14. POBLET, Tarragona. Templete del claustro de la abadía.

15. POBLET, Tarragona. Interior del templete del claustro de la abadía.

16. POBLET, Tarragona. Una de las dependencias de la abadía.

17. POBLET, Tarragona. Sala Capitular de la abadía.

18. POBLET, Tarragona. Otra de las dependencias de la abadía.

19. POBLET, Tarragona. Dormitorio de los monjes, de la abadía.

20. POBLET, Tarragona. Nave central de la igl. de la abadía.

21. POBLET, Tarragona. Nave lateral de la igl. de la abadía.

22. POBLET, Tarragona. Retablo mayor de la igl. de la abadía.

23. POBLET, Tarragona. Sepulcros del panteón real en el crucero de la igl. de la abadía.

24. POBLET, Tarragona. Cúpula de la sacristía nueva de la abadía.

25. POBLET, Tarragona. Cimborrio sobre el crucero de la igl. de la abadía.

POBLET** (I), provincia de Tarragona: 20 de agosto de 2011.
   La abadía de Santa María de Poblet, en la ribera del río Pruners en la comarca de la cuenca del Barberá, fue fundada en 1151 por el conde Ramon Berenguer IV, quien donó estas tierras a los monjes cistercienses de la abadía de Fontfreda, cerca de Narbona, "para construir un monasterio al servicio de Dios, salvación del alma de mi padre, de mi madre y en remedio de la mía propia".
   Etimológicamente poblet significa "bosque de álamos", en referencia al lugar donde los monjes se asentaron. Con el padrinazgo real las construcciones monumentales se iniciaron pronto y aún tomaron mayor relieve cuando a partir del siglo XV Poblet sustituya a Santes Creus como panteón real.
   Los muros, pieza defensiva pero también símbolo del alejamiento del mundo en el que transcurre la vida monástica, trazan en Poblet un triple recinto al que se accede por sendas puertas; la puerta de Prades, en primer lugar, franquea una amplísima cerca de 0,5 km de longitud.
   Entre los edificios de este recinto destaca, a la derecha, la capilla de Sant Jordi, gótica, y, enfrente, una segunda puerta, denominada dorada desde que en 1564 se doraron las planchas de bronce que la cubrían con motivo de la visita de Felipe II. Inmediatamente después aparece un gran patio o plaza que preside la cruz del abad Guimerà.
   A la izquierda se encuentra la capilla de Santa Caterina junto a los restos de antiguas dependencias anexas al monasterio. A la derecha queda el palacio del abad, levantado en el siglo XVI cuando la austeridad original del Císter se había relajado notoriamente.
   A la plaza da también la fachada barroca de la iglesia (siglo XVIII), y sobre todo, las dos soberbias torres prismáticas que flanquean la Puerta Real y rematan la muralla. Esta construcción es un buen ejemplo del gusto catalán por las líneas geométricas puras y elementales, y por las grandes masas de estructura regular y cerrada.
   Una vez dentro del tercer recinto, donde se encuentran el núcleo central del cenobio, un patio menor distribuye las primeras dependencias. Una escalinata conduce a la derecha hacia el palau del Rei Martí, que luce unos ventanales de estilo gótico exquisítamente trabajados.
   En la parte inferior se halla el antiguo dormitorio de los legos, es decir, aquellos campesinos sin instrucción que querían hacer vida religiosa y se encargaban, principalmente, de las labores agrícolas. Los hermanos seglares hacían vida (comían y dormían) a parte de los monjes, aunque reunidos en el mismo ámbito murado.
   La parte más antigua del claustro es la que se encuentra adosada a la fábrica de la iglesia y la que tiene un aire cisterciense más puro, las otras tres muestran un estilo de transición hacia el gótico. Especial encanto tiene el templete románico, en una de las alas, con una fuente que impone su agradable sonoridad al silencio.
   En torno al claustro se organizan las distintas dependencias, el refectorio frente al surtidor de agua y en la misma galería la cocina y el calefactorio. En el ala de levante se halla la sala capitular, con sus cuatro columnas centrales, y el locutorio, donde actualmente está la biblioteca. Sobre esta galería se encuentra el dormitorio de los monjes, una sala de una única nave envigada que sostienen varios arcos diafragma. La habitación sorprende por las grandes proporciones que alcanza su espacio unitario.
   La pieza más notable del monasterio es, sin duda, su iglesia, centro de gravedad de la vida de los monjes. Las obras se iniciaron en 1166 y el amparo real permitió que continuaran a buen ritmo. Prueba de ello es que sus impresionantes dimensiones lo han convertido en el templo cisterciense mayor del país. Consta de planta basilical, de tres naves, de enorme longitud (85 m) y extraordinaria altura (28 m).
   El ábside cuenta con un elegante deambulatorio, con capillas en sus cinco absidiolos, más otros dos en los brazos del crucero. Aunque contrasta con la pureza de líneas y la desnudez geométrica de la piedra del templo, el visitante no podrá dejar de admirar el retablo de alabastro que preside el altar mayor. Fue tallado por el escultor Damià Forment entre 1527 y 1529 en un claro estilo renacentista. En su tiempo la obra costó 4.060 ducados de oro. En sus cuatro cuerpos horizontales se representa en el primero y en el tercero escenas de la vida de Jesús, el segundo está presidido por la imagen de la Virgen con el Niño y el cuarto por la de Cristo acompañado por el Colegio Apostólico. Culmina el conjunto un Calvario. En el crucero se encuentran los sepulcros del panteón real.