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jueves, 31 de julio de 2014

865. VILLALCÁZAR DE SIRGA (I), Palencia: 31 de agosto de 2009.

1. VILLALCÁZAR DE SIRGA, Palencia, Vista de la igl. de Sta. Mª La Blanca.

2. VILLALCÁZAR DE SIRGA, Palencia. Zona de la portada sur de la igl. de Sta. Mª la Blanca.

3. VILLALCÁZAR DE SIRGA, Palencia. Portada sur de la igl. de Sta. Mª la Blanca.

4. VILLALCÁZAR DE SIRGA, Palencia. Interior de la igl. de Sta. Mª la Blanca.

5. VILLALCÁZAR DE SIRGA, Palencia. Sepulcros románicos de la igl. de Sta. Mª la Blanca.

6. VILLALCÁZAR DE SIRGA, Palencia. Retablo mayor de la igl. de Sta. Mª la Blanca.

VILLALCÁZAR DE SIRGA (I), provincia de Palencia: 31 de agosto de 2009.
   Población palentina así llamada por una antigua fortaleza de los templarios y porque "sirga" viene a ser sinónimo de "camino".
   El viajero no debe dejar de visitar la iglesia de Santa María La Blanca*, obra de transición (siglos XII y XIII) en la que si bien los potentes muros de estrechas aberturas aún poseen traza románica, los arcos ojivales y las sencillas bóvedas de crucería corresponde ya a cánones góticos.
   Tiene el templo, sobre todo en su parte norte, un innegable aspecto militar, acorde con el espíritu de los monjes-soldados del Temple y heredero de la fortaleza que al parecer tuvo adosada. La portada sur*, en cambio, bajo un elevado pórtico abocinado, presenta una delicada obra estatuaria, pese a su deterioro, tanto en las arquivoltas como en el doble friso: la calle superior muestra un Cristo en Majestad, rodeado de los Evangelistas con sus símbolos y los Apóstoles, mientras que en la inferior, en la parte central, aparece la Virgen Blanca, adorada por reyes, entre los que puede verse, arrodillado, a Alfonso el Sabio. En varias de sus cantigas este monarca ensalzó los milagros atribuidos a la Virgen que se venera en el templo. A la derecha destaca otra portada también adornada con relieves.
   El interior, de tres naves y doble crucero, acoge, bajo el gran rosetón de la capilla de Santiago, los sepulcros** (siglo XIII) con estatuas yacentes del infante Don Felipe, hermano del Rey Sabio, y de su segunda esposa, Doña Leonor Ruiz de Castro y Pimentel, así como un tercero, posterior y menos valioso, de un tal Juan Pérez. Las escenas polícromas que decoran las tumbas están esculpidas con tan artística minuciosidad que, además de deslumbrar por su belleza, valen por toda una crónica medieval. Gran interés posee también el retablo* del altar mayor (siglo XVI), compuesto por coloridas pinturas renacentistas de varios autores de escuela castellana con influencia flamenca. Están dispuestas, en torno a la imagen de la titular, en cuatro alturas sobre una predela inferior con relieves escultóricos en madera policromada. Un Calvario del siglo XIII, con la Virgen y San Juan a ambos lados, corona el conjunto. 
   En otro orden de cosas, el viajero debe saber que la pequeña villa ofrece, sobre todo en verano, buenas posibilidades gastronómicas en los mesones de la plaza.

miércoles, 30 de julio de 2014

864. CARRIÓN DE LOS CONDES* (I), Palencia: 31 de agosto de 2009.

1. CARRIÓN DE LOS CONDES, Palencia. Vista del cvto. de Sta. Clara.

2. CARRIÓN DE LOS CONDES, Palencia. Patio de acceso al cvto. de Sta. Clara.

3. CARRIÓN DE LOS CONDES, Palencia. Capilla mayor de la igl. del cvto. de Sta. Clara.

4. CARRIÓN DE LOS CONDES, Palencia. Piedad de Gregorio Fernández en la igl. del cvto. de Sta. Clara.

5. CARRIÓN DE LOS CONDES, Palencia. Vista de la igl. de Sta. Mª del Camino, o de la Victoria.

6. CARRIÓN DE LOS CONDES, Palencia. Portada principal de la igl. de Sta. Mª del Camino, o de la Victoria.

7. CARRIÓN DE LOS CONDES, Palencia. Interior de la igl. de Sta. Mª del Camino, o de la Victoria.

8. CARRIÓN DE LOS CONDES, Palencia. Crucificado en su retablo de la igl. de Sta. Mª del Camino, o de la Victoria.

9. CARRIÓN DE LOS CONDES, Palencia. Vista de la igl. de Santiago.

10. CARRIÓN DE LOS CONDES, Palencia. Portada y friso de la igl. de Santiago.

11. CARRIÓN DE LOS CONDES, Palencia. Friso de la igl. de Santiago.

12. CARRIÓN DE LOS CONDES, Palencia. Detalle de la portada de la igl. de Santiago.

13. CARRIÓN DE LOS CONDES, Palencia. Vista de la igl. de San Andrés.

14. CARRIÓN DE LOS CONDES, Palencia. Interior de la igl. de San Andrés.

15. CARRIÓN DE LOS CONDES, Palencia. El santuario de Ntra. Sra. de Belén.

16. CARRIÓN DE LOS CONDES, Palencia. Retablo mayor del santuario de Ntra. Sra. de Belén.

17. CARRIÓN DE LOS CONDES, Palencia. Portada del monasterio de San Zoilo.

CARRIÓN DE LOS CONDES* (I), provincia de Palencia: 31 de agosto de 2009.
   Fue una de las más importantes villas castellanas en la Edad Media y todavía conserva de esa época de prosperidad, ligada en buena medida al Camino de Santiago, monumentos de gran interés.
   El trazado de la ruta jacobea, que atraviesa la villa de este a oeste, constituye un itinerario idóneo para visitarla. En la entrada oriental, por la carretera que viene de Frómista, se encuentra el convento de Santa Clara, fundado en 1231, aunque la obra actual corresponde en su mayor parte al siglo XVII.
   Su mayor interés, aparte del hermoso patio que sirve de acceso, reside en las obras que pueden contemplarse en la iglesia, con fachada renacentista, y el museo anexo. Destacan el retablo mayor (siglo XVII), la sillería del coro (siglo XVI), el órgano del siglo XV, un frontal con azulejos de Talavera (siglo XVII) y, sobre todo, una magnífica Piedad* y un Cristo crucificado, realizados por Gregorio Fernández (siglo XVII).
   Continuando por la calle Santa María, que sigue el trazado de la vía de peregrinación, en el antiguo acceso a la villa aún se conservan restos de la muralla medieval. A su lado, junto a una pequeña plaza arbolada presidida por una imagen de la Inmaculada, se alza la iglesia de Santa María del Camino o de la Victoria, templo románico del siglo XII, aunque con importantes añadidos góticos y barrocos, como se advierte en la cabecera. Al pie mismo del camino, protegida por un porche sostenido por recios arbotantes, está la portada* principal, obra de influencia francesa formada por cuatro arquivoltas profusamente esculpidas con cabezas de toros, escenas de la vida cotidiana y molduras ajedrezadas. Sobre ella se dispone un friso escultórico, bastante deteriorado, que representa diversas escenas de la Adoración de los Magos. Por encima corre un vistoso tejaroz o alero apoyado sobre modillones, también esculpidos con figuras zoomórficas o humanas.
   Sostiene la tradición jacobea -y el párroco lo refiere con gran detalle- que bajo esta portada solían reunirse los peregrinos para escuchar las historias relacionadas con las escenas escultóricas, alusivas, al parecer, al tributo de las cien doncellas que los cristianos debían pagar a los islámicos. La leyenda afirma que en una ocasión en la que el pueblo de Carrión iba a entregar ese tributo, una manada de toros (de ahí la presencia de ese motivo escultórico) embistió contra las tropas musulmanas evitando la afrenta.
   El interior del templo es de tres naves de grandes dimensiones y, entre las obras que alberga, destaca una imagen románica (siglo XIII) de piedra de la Virgen sedente con el Niño y un Cristo gótico (siglo XV). Puede verse también, en la nave derecha, un lienzo del siglo XVIII que representa la leyenda de las cien doncellas antes mencionada.
   Muy cerca, en otra pequeña plaza, está la casa natal del marqués de Santillana, en cuyo piso inferior se ha instalado la Oficina de Turismo. Enseguida se alcanza la Plaza Mayor, bastante despersonalizada en su carácter castellano tras desafortunadas reformas. Próxima a ella, en la aún denominada Rúa, se sitúa la iglesia de Santiago, obra originariamente románica (siglo XII), aunque un incendio la arrasó casi por completo durante la guerra de la Independencia (1811).
   Perdura, sin embargo, de la obra primitiva una fachada en la que, aparte de la portada*, decorada con encantadoras figurillas que representan personajes de los distintos gremios medievales, merece detenida contemplación el extraordinario friso** que recorre la parte superior. En él, en torno a la soberbia figura de Cristo en Majestad o Pantócrator, esculpido con finura y detallismo admirables, están efigiados los Evangelistas con sus correspondientes símbolos (Tetramorfos) y, a uno y a otro lado, las imágenes de los doce apóstoles bajo arquerías polilobuladas. El conjunto, pese al deterioro de algunas zonas, es considerado por muchos tratadistas como un punto y aparte en la escultura románica. El interior del templo ha sido sometido recientemente a obras de reforma.
   Aún quedan en el casco histórico de Carrión, además de rincones con el característico trazado medieval y casonas blasonadas que pregonan el señorío de la villa, otros templos de interés, como la iglesia de San Andrés (siglo XVI), de apariencia renacentista y con algunas obras notables en su interior; la iglesia barroca de San Julián o el santuario de Nuestra Señora de Belén, situado en la parte alta de la población, en un buen enclave panorámico y que, si bien con numerosas reformas posteriores, conserva elementos de la inicial obra gótica (siglo XV).
   La estancia en la villa no debe concluir sin visitar, ya a las afueras del pueblo y próximo al puente medieval que salva el Carrión, el antiguo monasterio de San Zoilo.
   Se trata de una fundación benedictina del siglo XI, época de la que se conserva poco más que el ventanal que se abre bajo la torree, ya que el conjunto se reedificó por completo entre los siglos XVI y XVII. Fue colegio de jesuitas y, posteriormente, seminario diocesano. En la actualidad, tras una laboriosa restauración, alberga una lujosa hospedería. En su interior, sometido a una minuciosa tarea de limpieza e importantes reformas, sobresale el elegante claustro* (1537-1604) plateresco, debido a Juan de Badajoz y sus discípulos, y con una abundantísima y valiosa decoración escultórica, especialmente en el piso inferior. Es interesante también la iglesia (siglo XVII), de una sola y amplia nave presidida por un retablo barroco. En una sala contigua al claustro pueden verse los sepulcros románicos (siglos XI y XII) de los condes de Carrión y sus descendientes, con bultos yacentes y relieves esculpidos.

martes, 29 de julio de 2014

863. GRAJAL DE CAMPOS (I), León: 31 de agosto de 2009.

1. GRAJAL DE CAMPOS, León. Vista del castillo.

2. GRAJAL DE CAMPOS, León. Igl. de San Miguel y arquería del palacio.

3. GRAJAL DE CAMPOS, León. Patio del palacio de los marqueses de Grajal.

4. GRAJAL DE CAMPOS, León. Escalera del patio del palacio de los marqueses de Grajal.

GRAJAL DE CAMPOS (I), provincia de León: 31 de agosto de 2009.
   Interesante población de la Tierra de Campos leonesa a escasamente 6 km al sur de Sahagún.
   Grajal de Campos es una población que muestra un interesante patrimonio artístico renacentista formado por el castillo (siglo XVI), muy bien conservado, el palacio (siglo XVI), perteneciente a los antiguos marqueses de Grajal, y la iglesia de San Miguel (siglos XVI y XVII), que posee restos románicos en su torre, interesantes bóvedas de yesería y una abundante obra escultórica, incluido el retablo mayor, del barroco castellano.

lunes, 28 de julio de 2014

862. SAN PEDRO DE LAS DUEÑAS (I), León: 31 de agosto de 2009.

1. SAN PEDRO DE LAS DUEÑAS, León. Vista general del monasterio.

2. SAN PEDRO DE LAS DUEÑAS, León. Portada del monasterio.

3. SAN PEDRO DE LAS DUEÑAS, León. Interior de la igl. del monasterio.

4. SAN PEDRO DE LAS DUEÑAS, León. Uno de los capiteles de la igl. del monasterio.

5. SAN PEDRO DE LAS DUEÑAS, León. Otro de los capiteles de la igl. del monasterio.

SAN PEDRO DE LAS DUEÑAS (I), provincia de León: 31 de agosto de 2009.
   Pequeña población a unos 4 km al sur de Sahagún.
   Este pueblo surgió en torno a un monasterio* benedictino fundado a finales del siglo X. Es especialmente interesante la iglesia, obra del románico-mudéjar (siglo XII), con añadidos góticos. Ha sido recientemente restaurada con notable acierto. En su interior posee una colección de magníficos capiteles*, con fantasiosas escenas esculpidas, y un notabilísimo Crucifijo de Gregorio Fernández. En el monasterio funciona una hostelería atendida por las monjas.

domingo, 27 de julio de 2014

861. SAHAGÚN (I), León: 31 de agosto de 2009.

1. SAHAGÚN, León. Igl. de San Lorenzo.

2. SAHAGÚN, León. Ábside y torre de la igl. de San Lorenzo.

3. SAHAGÚN, León. Igl. de San Tirso.

4. SAHAGÚN, León. Ábside y torre de la igl. de San Tirso.

5. SAHAGÚN, León. Zona del crucero de la igl. de San Tirso.

5. SAHAGÚN, León. Ruinas de la abadía benedictina.

6. SAHAGÚN, León. Arco de la fachada de la abadía benedictina.

7. SAHAGÚN, León. Torre del Reloj de la abadía benedictina.

SAHAGÚN (I), provincia de León: 31 de agosto de 2009.
   Esta pequeña ciudad de la Tierra de Campos leonesa, final de etapa del Camino de Santiago, contó con uno de los más importantes monasterios de la España medieval. Es un núcleo importante del románico-mudéjar.
   Las irregulares calles de Sahagún convergen hacia la Plaza Mayor, que aún mantiene cierto aire tradicional. Al norte de la plaza se encuentra la iglesia de San Lorenzo*, magnífica muestra del románico-mudéjar (siglo XIII) enclavada en el centro del antiguo barrio morisco. La obra de ladrillo posee  especial gracia en la cabecera, formada por tres ábsides recorridos por arquerías ciegas en forma de herradura, y en la torre, cuyos cuatro cuerpos, los tres superiores con arcos abiertos, se elevan en anchura decreciente.
   El espacio de mayor interés monumental, donde hace poco se han acometido algunas insuficientes obras de mantenimiento, se concentra en torno a la también mudéjar iglesia de San Tirso, más antigua que la de San Lorenzo (siglo XII) y como ella provista de una hermosa torre, decorada en este caso con ventanales geminados. Es también interesante la zona absidial del templo, muy reformada hasta tiempos recientes, que ofrece la particularidad de combinar la piedra de sillería con el ladrillo.
   Al lado están las ruinas de la abadía benedictina que dio origen a la ciudad. Resulta imposible imaginar su antigua grandeza, ya que el conjunto es una sucesión de espacios muy descuidados donde queda muy poco de la obra original de los siglos XII y XIII. Sí permanecen en pie un monumental arco de la fachada renacentista (siglo XVII), bajo el que pasa la carretera, y la muy reformada torre del Reloj, de estilo neoclásico. En el cercano convento de monjas benedictinas, al que fueron trasladados los sepulcros de Alfonso VI y sus esposas, hay un museo en el que se exponen obras procedentes de la abadía, entre ellas una custodia* procesional de oro y plata debida a Enrique de Arfe (siglo  XVI).
   Por esta misma zona, pero ya a las afueras, el santuario de la Peregrina, del siglo XIII, es una iglesia perteneciente a un antiguo monasterio franciscano que conserva, entre añadidos posteriores, parte de su estructura mudéjar y delicados trabajos de yesería en el interior.

sábado, 26 de julio de 2014

860. LEÓN** (II), capital: 30 de agosto de 2009.

10. LEÓN, capital. Fachada principal de la catedral.

11. LEÓN, capital. Vista frontal de la fachada principal de la catedral.

12. LEÓN, capital. Tímpano de la puerta de Ntra. Sra. la Blanca, de la catedral.

13. LEÓN, capital. Imagen de la Virgen Blanca en su puerta de la catedral.

14. LEÓN, capital. Tímpano de la puerta de San Francisco, de la catedral.

15. LEÓN, capital. Tímpano de la puerta de San Juan, de la catedral.

16. LEÓN, capital. Portada de la igl. de Sta. Marina la Real.

17. LEÓN, capital. Interior de la igl. de Sta. Marína la Real.

18. LEÓN, capital. La basílica de San Isidoro en la plaza del mismo nombre.

19. LEÓN, capital. Las puertas del Cordero y del Perdón de la basílica de San Isidoro.

LEÓN** (II), capital de la provincia: 30 de agosto de 2009.
León esencial: la Catedral y San Isidoro
   La Catedral**, tradicionalmente conocida como Pulchra leonina por la elegancia y armonía de sus formas, es una de las obras maestras del gótico español. Artísticamente, se relaciona con los grandes templos ojivales del norte de Francia. Fue construida a partir de un templo románico en el mismo solar que ocuparan el palacio de Ordoño II y, mucho antes, las termas romanas. Se concluyó en su estructura fundamental hacia finales del siglo XIII, pero se le continuaron añadiendo elementos en los siglos siguientes, entre ellos la torre del reloj, levantada en el siglo XV. Aún se acometerían importantes obras posteriores para remediar graves problemas de cimentación y el paulatino deterioro de la piedra, de no muy buena calidad y aquejada de un mal cuyos efectos son visibles sobre todo en la magnífica obra estatuaria del exterior. La fachada principal, enmarcada entre dos poderosas torres asimétricas, consta de tres portadas* divididas por arcos muy apuntados. En el centro se abre la puerta de Nuestra Señora la Blanca, con una estatua de la Virgen (copia de la original, que se conserva en el interior), figuras de santos, Apóstoles y una fantástica recreación del Juicio Final en el tímpano. Las otras dos puertas, llamadas de San Francisco (a la derecha) y de San Juan, están profusamente decoradas con estatuas y relieves en los que predominan los temas marianos.
   En las proximidades de la Catedral, en la calle Serranos, se levanta la iglesia de Santa Marina la Real, construcción renacentista de 1571 que alberga en su interior la Virgen del Rosario*, grupo escultórico de Juan de Juni (1545).
   La plaza de San Isidoro abre su amplio espacio empedrado ante la basílica románica. A la izquierda del templo se encuentra el fragmento mejor conservado de la muralla romana, reforzada en el siglo XI con torreones semicirculares.
   La basílica de San Isidoro**, una de las principales manifestaciones del arte románico occidental, ejerció una enorme influencia en el posterior desarrollo de este estilo en España y, gracias al Camino de Santiago, muchos de sus hallazgos arquitectónicos fueron imitados también más allá de los Pirineos. El templo se levanta sobre el solar de un cenobio prerrománico destruido por Almanzor. La construcción fue acometida entre los años 1056 y 1067, por iniciativa de doña Sancha, esposa del rey Fernando I, para albergar los restos de San Isidoro de Sevilla. Entre 1072 y 1101 se reconstruyó el edificio a instancias de la infanta doña Urraca, aunque se respetó el pórtico originario y, ya en el siglo XVI, se rehizo el ábside central. En la fachada que da hacia la plaza se abren dos portadas* con relieves en los tímpanos y flanqueadas por esculturas. La de la derecha, con las estatuas de San Pedro y San Pablo, es la puerta del Perdón y se atribuye al Maestro Mateo, el mismo que posteriormente trabajaría en Santiago de Compostela. La belleza de sus relieves escultóricos, con escenas del Descendimiento, la Ascensión y la Resurrección de Cristo, avalan la hipótesis. La otra puerta, también románica, muestra la imagen del Cordero Místico y una representación del Sacrificio de Isaac, mientras que en los lados aparecen las figuras de San Isidoro y San Pelayo.

Enlace a la Entrada anterior de León**: